Cómo reactivar la energía de tu equipo en la recta final del año y no morir en el intento

A medida que el año avanza, los colaboradores y los equipos en general comienzan a sentir el peso de la acumulación de tareas, la presión de cumplir con los objetivos y el desgaste. Este agotamiento no solo afecta la productividad, sino también el bienestar emocional de las personas, lo que puede derivar en el temido burnout.

De hecho, 1 de cada 3 trabajadores en Argentina aseguran estar «quemados», según un estudio del Observatorio de Tendencias de Insight 21, hub de Conocimiento de la Universidad Siglo 21, que publica Forbes. Esta situación repercute directamente en la satisfacción general y también en el desempeño laboral. Por lo tanto es imprescindible para las organizaciones poner el foco en esta situación y preguntarse: ¿cómo podemos recargar la energía de nuestros equipos y revitalizar la motivación en esta última etapa del año?

El primer paso es comprender que nuestro bienestar está íntimamente ligado a cuatro tipos de energías: física, emocional, mental y propósito. Estas energías no solo nos permiten funcionar diariamente, sino que su equilibrio determina nuestra capacidad para enfrentar desafíos y disfrutar del camino.

4 tipos de Energías

Las 4 energías esenciales:

🧍Energía Física: Es la base de nuestra vitalidad. Se refiere a la capacidad de nuestro cuerpo para mantenerse en movimiento y recuperarse. Mantener hábitos como dormir bien, alimentarse de manera equilibrada y hacer ejercicio regularmente contribuye a reponer esta energía. Sin suficiente energía física, el agotamiento se convierte en un obstáculo constante.

💗 Energía Emocional: Está relacionada con nuestras emociones y nuestra capacidad para gestionar el estrés, la frustración o la ira. Mantener relaciones saludables y encontrar momentos de conexión emocional es esencial para no caer en estados de apatía o ansiedad. La estabilidad emocional nos ayuda a enfrentar los altibajos sin que nuestras emociones nos abrumen.

🧠 Energía Mental: Se refiere a nuestra capacidad de concentración y claridad mental. En un entorno saturado de estímulos, mantener un enfoque claro es un desafío. La meditación, la planificación y establecer prioridades pueden ayudarnos a recargar esta energía, lo que nos permite ser más productivos y tomar decisiones de manera efectiva.

🎯 Energía de Propósito: Es la más profunda de todas. Se trata de nuestra sensación de propósito y significado en lo que hacemos. Cuando alineamos nuestras acciones con nuestros valores y objetivos de vida, sentimos una motivación intrínseca que nos impulsa, incluso en momentos difíciles. Sin un propósito claro, el cansancio y la desmotivación pueden hacerse más evidentes.

 

En Horizon creemos que la clave para mantener a los equipos motivados y conectados es ofrecer herramientas concretas que ayuden a gestionar mejor la energía.

 

1. Matriz de Bienestar: un mapa para gestionar la energía
La Matriz de Bienestar es una herramienta efectiva para que cada colaborador evalúe su bienestar a través de la combinación de dos tipos de energía clave: la física y la emocional. 

Matriz de bienestar

Ambas energías influyen de manera crucial en cómo nos sentimos y cómo funcionamos en nuestro día a día. A continuación dividimos estas energías en cuatro cuadrantes, según si percibimos su calidad como alta o baja:

  • Energía física alta y energía emocional alta: Zona de alto performance.
    En este cuadrante, nos encontramos en un estado óptimo. Nuestro cuerpo y nuestras emociones están alineados, lo que nos permite operar con entusiasmo, enfoque y productividad. Es el momento ideal para asumir retos y proyectos desafiantes.
  • Energía física alta y energía emocional baja: Zona de supervivencia
    Aunque físicamente nos sentimos capaces, emocionalmente estamos desconectados o agotados. En esta zona, funcionamos, pero sin el impulso emocional necesario. Es un estado de resistencia, donde hacemos lo mínimo necesario para continuar, pero sin disfrutar el proceso.
  • Energía física baja y energía emocional baja: Zona de burnout
    Este cuadrante es el más crítico. Aquí, tanto nuestra energía física como emocional están agotadas, lo que nos pone en riesgo de colapsar. Sentimos una profunda fatiga y una desconexión emocional que nos impide funcionar de manera efectiva. Es una señal clara de que necesitamos una pausa y cuidados urgentes.
  • Energía física baja y energía emocional alta: Zona de recuperación
    A pesar de que nuestro cuerpo está cansado, nuestras emociones están equilibradas y nos sentimos conectados con nuestras metas. Este es un espacio de recuperación, donde aunque no tenemos la energía física, estamos en el proceso de recargar y sanarnos emocionalmente.

 

2. Comunicación efectiva y empática
Una comunicación clara y empática es esencial para mantener la energía alta en los equipos. La escucha activa y la claridad en los mensajes contribuyen a reducir el estrés y a generar un entorno de confianza.

En esta etapa del año, es fundamental que los líderes mantengan canales de comunicación abiertos y transparentes, donde los colaboradores puedan expresar sus inquietudes, recibir apoyo y trabajar en soluciones conjuntas. Esta dinámica no solo mejora el ambiente, sino que también permite a los equipos avanzar con una mentalidad más ligera y positiva.

Comunicación efectiva

 

3. Fomentar el trabajo en equipo y la colaboración
La colaboración activa entre los miembros del equipo puede ser clave para reactivar la energía. Al compartir la carga de trabajo y apoyarse mutuamente, los colaboradores experimentan una disminución del estrés individual y se sienten más motivados para alcanzar metas colectivas.

Organizar dinámicas que fomenten el trabajo en equipo y la cohesión del grupo puede ser un gran impulso para cerrar el año con energía renovada y resultados sólidos.

 

4. Crear espacios de desconexión y pausa activa
El agotamiento acumulado no se combate con más horas de trabajo. Crear espacios de desconexión, como pausas activas, ejercicios de respiración o simplemente tiempos breves para relajarse, puede hacer una gran diferencia en la energía general del equipo. Estos momentos de pausa permiten recargar las baterías y volver a las tareas con una mente más clara y concentrada.

 

5. Renovar los objetivos y re-alinear expectativas
El cierre de año es una oportunidad perfecta para revisar los objetivos trazados al inicio y realinear expectativas. Ajustar los plazos y establecer metas a corto plazo, más alcanzables, puede dar a los equipos una sensación de progreso continuo, lo que revitaliza la motivación y permite encarar la recta final con mayor energía y enfoque.

Implementar estas herramientas no solo ayudará a mantener la productividad en esta etapa crítica, sino que también fomentará el bienestar general de los equipos, previniendo el burnout y creando un entorno de trabajo más saludable y sostenible. Apostar por el cuidado del equipo es apostar por el éxito a largo plazo.

¿Tu equipo está listo para encarar esta última etapa del año con energía renovada?

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